Las culturas mediterráneas civilizadas ante la invasión y expansión territorial bárbara
En la antigua historia de las civilizaciones mediterráneas, las naciones más civilizadas o superiores estaban determinadas por las normas y leyes específicas de cada cultura, que las llevaban a considerar bárbaros a todos los que tenían como objetivo invadir, dominar y esclavizar las tierras.
El Mediterráneo ha sido, gracias a su admirable ubicación geográfica, la cuna de diversas civilizaciones dominadas y dominantes que aportaron a la gran expansión territorial de la Edad Antigua; refiriéndose al término “civilizado” como aquel que se caracteriza por cumplir los parámetros y pautas de comportamiento dentro de una cultura. Por consiguiente, quien no estaba inserto en estas tradiciones o que a su vez habitaba en la periferia del mediterráneo, era considerado “bárbaro”.
Entonces, fue por medio de la influencia de costumbres y aspectos culturales como se comenzaron a constituir las organizaciones políticas, sociales y espirituales de cada territorio, considerando a los pueblos formados con normativas o cierto despotismo como los más “civilizadas”. Por esa razón nacieron confrontaciones entre los pueblos Egipcio y Hebreo, comenzando por las específicas e irrefutables creencias que tenían cada uno, pero ante todo la necesidad de la libertad de estos últimos.
De cierta manera, las cosmovisiones y deidades de cada comunidad influyó de manera más relevante en las representaciones de los amos y reyes que en las de los mismos pueblos, por eso las conversaciones se reducían entre los mandatos de Dios, Moisés y el Faraón. Asignando a cada acción un hecho social influyente en las continuas invasiones que solían reducirse a tiranía, esclavitud y luchas, sin embargo tenían respeto por los extranjeros, como se cita “Mostrad, pues, amor al extranjero, porque vosotros fuisteis extranjeros en la tierra de Egipto” (Éxodo, 22:21). Surgiendo así el establecimiento de leyes morales y religiosas, orientados por mandatos regidos por su fe en el bien y el mal, en su adoración constante y fiel ante la reglamentación de sus vidas.

Para concluir, se puede decir que cada una de las manifestaciones demostradas en los hechos históricos, comunican la intencionalidad de definir con un mismo parámetro a todas las naciones del Mediterráneo, sin embargo estas estaban aferradas a permanecer atadas a sus costumbres, creencias, leyes y organización. De muchas maneras algunos pueblos resistieron al poder de ser gobernados, en esta caso los considerados bárbaros, para ellos solo era grande el éxito ante sus ojos y consideraban la tiranía como sagrada, encontrando la fuente de poder y dominio en la invasión y posesión de territorios, sin comprender que los pueblos más libres eran los más fuertes. En consecuencia, en medio de las continuas guerras que llevaron al caos, se desató la necesidad de rescatar la pasión por la libertad, la justicia y la verdad.
Si desean conocer más sobre estas legendarias culturas mediterráneas, les recomiendo las siguientes páginas de lectura:
Ramírez, A (2009). Las dos caras de Jano: la imagen del bárbaro en el Imperio romano. Espacio, Tiempo y Forma, Serie II, Historia Antigua. Madrid. UNED.
Condis, D. (5 de julio de 2017). Bárbaros y Romanos. LA RÉPLICA. Recuperado de: https://lareplica.es/barbaros-y-romanos/.
Marco Aurelio (2006). Meditaciones. Buenos Aires: La editorial virtual. Recuperado de: Marco Aurelio.pdf.
Biblia. Antiguo Testamento: Éxodo.
Heródoto (2006). Los nueve libros de la Historia. Brasil: eBooks Brasil. Recuperado de: http://www.ebooksbrasil.org/eLibris/nuevelibros.html.
Spengler, O (2006). La decadencia de Occidente: Bosquejo de una morfología de la historia universal. Buenos Aires: La editorial virtual. Recuperado de: http://www.seminariodefilosofiadelderecho.com/Biblioteca/S/occidente.pdf.
Disfruta de la lectura en mi universo de letras.
Y.J. Riveros.
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