La lucha tragica entre Medea y la adversidad

Eurípides, “Medea”, Madrid. España, Editorial Gredos,  2010, 96 Páginas.


La obra, es una tragedia presentada el primer año de la olimpiada 87 en el 431 a.C, formando parte de una tetralogía, con la cual quedo en el certamen de tercer lugar Eurípides, uno de los poetas trágicos más importantes de la Grecia clásica.

Está dividida por orden, según la aparición de cada personaje, además, sigue el modelo de las tragedias de la época: consta de prólogo, presentado en el monólogo a la nodriza, que anticipa el desenlace y relata quienes están en escena, el párodo o primera intervención del coro, el cual está formado por quince mujeres, que abren la historia e introducen los elementos de la trama, mientras que es dirigida a su nudo doce veces.

También, aparecen varios personajes mudos que influyen de manera simbólica. En el transcurso del relato, se desarrollan diálogos, monólogos y  por último el éxodo, cuando se retira el coro al final de la obra. Podemos distinguir una historia real y trágica, centrada en el momento en que una mujer descubre que su esposo se va a casar con una princesa, con esto y sabiendo que la van a desterrar junto con sus hijos, prepara su venganza. 

A lo largo de la lectura nos encontramos con conflictos internos, principalmente de una mujer que pasa por una traición en su matrimonio, lo cual pone en duda sus sentimientos y su propia vida. Con respecto a los sucesos que transcurren, se puede decir que muestran un contexto y una época absoluta, en la que el papel de cada persona era muy relativo, comenzando con el valor que se le daba a la mujer como esposa con relación al hombre, pero además los conflictos emocionales que marcaban las decisiones, ya que Medea sentía mucho arrepentimiento por haber abandonado su nación y al verse despojada de lo que creía suyo comienza a entender que no solo las personas podían arruinarla sino también sus propias acciones, comenzando con el haberle dado la espalda a su patria.

Tal vez la sangre o la familia  fueron los elementos más significativos, ya que definían el pensamiento en aquella época, para Jasón por ejemplo, perder a sus hijos  fue una desgracia;  pero tomando los dos puntos se hace referencia a un arraigo  profundo hacía el dolor y la culpa, siendo a la vez una atracción que acercaba a muchos al olvido, lo que permitió encontrar lo más interesante en las relaciones entre los personajes y hasta la intervención de la creencia en seres divinos como los dioses, pues aunque cada conversación motivaba el alejamiento del final terrible, cada uno aportó de cierta forma para evitar lo trágico, lastimosamente el destino y la adversidad fueron definidos por el devenir de lo inevitable.

Por último, lo más importante es lograr interpretar el contexto, con ello, el lenguaje que se aplica, ya que influye de muchas maneras en lo que cada personaje tiene como intención mencionar en cada intervención. Hay que pensar que cada uno tenía una perspectiva diferente de la situación, por esto, conocer a fondo cada elemento y suceso de la obra permite acercarnos al significado y al por qué de cada escena, en las que no solo se pueden cuestionar las decisiones, sino también los principios característicos de la misma. Por otra parte, el mundo interno de los personajes no es lo único que se debe valorar, sino que se debe evaluar la intencionalidad y significación, ya que cada sentimiento repercute en los conflictos que conllevan el apagar a otros más fuertes, como el amor materno.


Si están interesados en leer esta hermosa obra, aquí les dejo el enlace: 
http://www.dominiopublico.es/libros/E/Euripides/Eur%C3%ADpides%20-%20Medea.pdf

Disfruta de la lectura en mi universo de letras.
Y.J. Riveros.

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